Las 3 llamas del amor

Justo a la mitad de la Biblia, hay una colección de poemas de amor en hebreo, muy explícitos y eróticos que a los jóvenes judíos no se les permitía leer hasta que fueran mayores. El Cantar de los Cantares nos muestra una serie de ilustraciones de la relación entre un hombre y una mujer. La alegría, la lucha, la perplejidad. Es casi como si el amor que explora esa pareja tuviera vida propia. La mujer dice varias veces: "No excites o despiertes al amor hasta que quiera". Es casi como si ella dijera: "Sea lo que sea, es tan bueno, es tan hermoso, y no debemos hacer nada para estropearlo. " Explotamos al máximo esta gastada y antigua palabra: "Amor" ¿No es verdad? Le decimos a alguien que lo amamos, y de la misma manera, decimos cuánto amamos al nuevo auto o a cierto pantalón. Amo a mi esposa. ¿Y también amo a los tacos? Debemos recordar que el Cantar de los Cantares originalmente fue escrito en Hebreo, que tiene por lo menos tres distintas palabras para nuestra palabra "amor" La primera que encontramos es la palabra "Rayá" "Rayá" se traduciría literalmente como "amigo" o "compañero" alguien con quien convives. Hasta podríamos traducirla como "alma gemela" Oímos que la gente habla así todo el tiempo. Dicen cosas como: "Ella es mi mejor amiga" o "a él le podría decir cualquier cosa" Ésas son expresiones de "Rayá" Vemos que en el centro de la relación entre esos amantes existe una amistad. Otra palabra hebrea que tenemos para "amor" es "Ahavá" "Ahavá" es gran cariño, el deseo de querer tanto estar con alguien que te duele el corazón. "Ahavá" es cuando tu mente y tu corazón se concentran en tu amado con tal pasión e intensidad, que no puedes pensar en otra cosa. Mi esposa y yo fuimos amigos durante cuatro años, cuatro años de "rayá", antes de que sucediera otra cosa. Yo vivía en Los Ángeles, y un fin de semana, fue a visitarme. Salimos juntos por primera vez. Había una sensación de expectativa en el aire, por la duda que ambos teníamos. "¿Había alguna "ahavá" con nuestra "rayá"?" Recuerdo estar sentado en un restaurante en Santa Mónica, a dos cuadras del mar. Recuerdo que supe... ...que prefería estar ahí con ella en ese momento... ...que en cualquier otra parte del universo. Los amantes en el Cantar de los Cantares manifiestan que "ahavá" es tan fuerte como la muerte y que muchos ríos no pueden saciar "ahavá" "Ahavá" es amor por voluntad. Es más profundo que los sentimientos románticos fugaces. Es más que un impulso temporal. "Ahavá" es tomar la decisión de unir tu vida a la de la otra persona. Es una emoción que lleva al compromiso, que te lleva a unir tu vida a la de otra persona. "Ahavá" es lo que hace que las cosas perduren. Quizá esto les ayude. Pensemos en el amor, en las dimensiones de una relación, como si fueran llamas. Bien, primero tendríamos nuestra llama "rayá" que es como la amistad, como el alma gemela de una relación. Después tienen su llama "ahavá" que es la llama del compromiso y tomar la decisión de unir nuestra vida a la de otra persona. Existe una tercera palabra hebrea para amor que encontramos en el Cantar de los Cantares. Es la palabra "Dod" "Dod" se traduce literalmente como "estar de juerga,mecer, o acariciar" Creo que entienden lo que hay detrás de esa llama. Esta palabra aparece también en las Escrituras. En el Libro de Proverbios dice: "Bebamos mucho "dod" hasta el amanecer. " lncluso la mujer dice en el Cantar de los Cantares: "Dejen que él me bese con los besos de su boca porque su "dod"es más delicioso que el vino" "Dod" es el elemento físico, lo sexual de una relación. De ahí procede la palabra griega "eros" que literalmente se traduce como "erótico" en nuestro idioma. Y tenemos la llama "rayá" Tenemos la llama "ahavá" Y tenemos la llama "dod" Cuando el hombre y la mujer se unen, todas esas llamas se combinan. Jesús habla acerca de la unión de los seres humanos. Él usa la frase "una sola carne" para describir ese enlace entre un hombre y una mujer. Una sola carne es mucho más que un acto físico. Es emoción. Es corazón. Es mente. Son experiencias. Es la fusión de almas. Así que unirse físicamente se convierte en la imagen de una realidad espiritual más profunda. Jesús nos enseña que el sexo es, en última instancia, un acto espiritual y que algo tan hermoso, algo tan poderoso, fue creado para perdurar siempre. Como verán, una sola llama que arde nunca será tan caliente como las llamas que arden juntas. Fuimos creados para que todas estas llamas ardan como una sola. Piensen en cuántas maneras tenemos de estropearlo. Tomemos, como ejemplo, una aventura. Una aventura son dos personas que comparten la llama "dod, " pero sin ninguna de las otras llamas. Sin la "rayá" o la "ahavá" Sin amistad. Sin compromiso. Sin lealtad. Sin sacrificio. Hay "dod", pero no hay "rayá" ni "ahavá" Son dos personas que intentan, con una llama, la llama "dod, " obtener todo el calor de tres llamas ardiendo juntas. Con razón la persona se queda vacía e insatisfecha. Fuimos creados para algo más que eso. Así que la persona continúa volviendo a esa llama, una y otra vez y sin embargo, nunca estará satisfecha. No puede satisfacerlo. O, ¿qué tal la pareja que lleva años de casados? Siguen juntos. Aún existe compromiso. Aún existe "ahavá" Pero seamos honestos. Ya no hay nada más. No hay amistad. No hay relación sexual. Descuidan las llamas y finalmente titilan, pierden su intensidad, y se apagan. Cuando separas las llamas, nunca puede haber satisfacción. Es como si vivieras fuera de cómo Dios quiere que vivas. Quizá nuestra cultura no tiene idea de cómo es en verdad la sexualidad. Tal vez nuestro mundo, en cuánto a sexo se refiere, simplemente no lo entiende. La verdadera sexualidad es inmensa y misteriosa. Te rodea completamente. Tiene un cuerpo, pero también un alma y un espíritu. El amor es dos personas uniéndose y entregándose mutuamente para siempre. Y ahora: que cumplas con la forma en que Dios te creó. Que tengas un gran respeto por el hecho de que eres un ser espiritual y misterioso y que el amor es, finalmente, algo profundamente espiritual. Que te des cuenta que las tres llamas deben quemar juntas. Y que descubras... ... la gran llama.