SERIE El bautismo y los dones SECCIÓN D2 Acerca de la Profecía


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SECCIÓN D2: ACERCA DE LA PROFECÍA

Capítulo 1: El Punto De Vista Bíblico

He descubierto un interés creciente en la operación maravillosa y poderosa de uno de los Dones del Espíritu: el don de Profecía: la articulación del Espíritu a través de la mente y labios de un hombre o una mujer. Considero que un estudio breve de “preguntas y respuestas” sería benéfico y oportuno.

A. ¿ES LA PROFECÍA SIEMPRE PERFECTA?

1Co 13:9-10 La palabra enseña que la profecía es un estado imperfecto, y es “en parte”.

1Ts 5:20-21 El no ignorar las profecías o el profetizar es un mandamiento directo de la palabra. Pero las palabras que siguen: “Retened lo bueno”, claramente implican que habrá algunas que no serán buenas o perfectas, en las cuales, el creyente no deberá afianzar su fe. No debemos menospreciar el don ni sus operaciones; sin embargo, debemos reconocer los canales imperfectos a través de los cuales éste viene. Por lo tanto, la profecía tiene que ser probada y juzgada cuidadosamente antes de que sea aceptada como una palabra genuina y perfecta de parte del Espíritu de Dios.

B. ¿CUÁLES SON LAS DIMENSIONES SEGURAS DE LA PROFECÍA? 1Co 14:3

Esas son usualmente las tres dimensiones de la profecía en las que el estudiante puede practicar su don con toda humildad y sin temor, y con todo, en santa reverencia: para edificación, exhortación y consolación.

1Co 14:31 Obviamente existe algo que aprender. Es razonable que cuando uno está aprendiendo, inevitablemente cometerá algunos errores. Tales errores no tienen por qué ser impedimento para los que desean seguir al Señor en humildad y sinceridad. El estudiante debe permanecer dentro de los límites de las dimensiones del aprendizaje de:

1. La Edificación (del oyente en fe, amor y el Espíritu).

2. La Exhortación (la urgencia del oyente de presionar hacia el blanco con mayor amor y actividad espiritual);

3. El Consuelo (llevando la paz y consolación al cansado, al herido y afligido).

C. ¿VIENE LA CONDENACIÓN DE DIOS? Jn 3:17

Ro 8:34 formula la pregunta que se contesta a sí misma: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió”. Él llevó todos nuestros pecados [la condenación y la muerte] sobre la cruz. Así que, la profecía de condenación jamás puede ser la obra del Espíritu. El Espíritu puede reprender, exhortar y reprobar; sin embargo, lo hace con gran ternura, siempre influenciando a la persona para que se arrepienta en amor, mostrándole el camino de salida (escape) al problema. El Espíritu Santo nunca abandona a la persona en un foso profundo donde impera la depresión y condenación sin mostrarle Su misericordia y esperanza de rescate de tal foso, y levantarle hasta alcanzar Su estado de perdón compasivo. Tales profecías de condenación, que por lo general son duras y devastadoras al que las recibe, deben ser reconocidas como de otro espíritu y no del Espíritu de Cristo.

D. ¿CUÁL ES EL RECURSO DE LA PROFECÍA?

Las Escrituras enseñan claramente que la profecía puede ser motivada por uno de los siguientes tres recursos:

1. El Espíritu Humano-hablando de su corazón (Ez 13:2-3)

2. Un Espíritu De Mentira - del maligno (2Cr 18:21)

3. El Espíritu Santo - el verdadero espíritu de profecía que proviene de lo alto, impulsado por el Espíritu Santo.

4. Una Mezcla De Los Tres - o la profecía puede que sea una mezcla de cualquiera de los tres anteriores. Está el ejemplo clásico del Apóstol Pedro hablando la Palabra inspirada de Ciencia [Conocimiento, Sabiduría] cuando dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Jesús testificó que la carne y la sangre no se lo habían revelado, sino más bien el Padre. La fuente de aquella articulación profética fue el Padre. Luego, unos minutos más tarde, Jesús se volvió y reprendió a Satanás, quien hablaba a través de los labios del mismo apóstol. Jesús estaba mostrándole a Pedro cuán fácil y rápidamente el espíritu del mal podía usar los labios de uno que ama al Señor para hablar sin que tal persona ni siquiera se dé cuenta. Lo que Pedro habló, fueron palabras muy dulces y agradables al oído de la persona desprevenida. Jesús captó inmediatamente el intento mortal de la inyección que le introduciría la pena de sí mismo.

E. ¿CUÁNDO SE DEBERÁ EJERCER CAUTELA?

Existen otras 3 dimensiones de la profecía que son más susceptibles al engaño; y debido a su consumada naturaleza, debemos ejercer cautela. Estas tres dimensiones son:

1. Cuando Es Una Palabra De Sabiduría “Lo oculto de su corazón se hace manifiesto” (1Co 14:25), una operación de la Palabra de Ciencia o Conocimiento.

2. Cuando Es Predicción Las cosas por suceder: una operación de la Palabra de Ciencia o Conocimiento.

3. Cuando Es De Dirección: Una operación de la Palabra de Sabiduría.

Debido a que la “dirección” errónea puede obrar las tragedias mayores en las vidas de los hijos de Dios, representa la dimensión en la cual los espíritus de error se deleitan en entrar. 1S 10:1-10 Aquí se muestra claramente la operación de estas tres dimensiones proféticas. Primero, Samuel reveló el secreto del corazón de Saúl, quien estaba buscando las asnas perdidas. Luego, él expuso la palabra que predecía, tres señales que se cumplirían en breve:

• Saúl se encontraría con dos hombres en el camino que le dirían: “Las asnas aparecieron”.

• • Luego, se encontraría con otros tres hombres acompañados con tres cabritos, tres tortas de pan y una vasija de vino. Ellos le darían a Saúl dos tortas de pan.

• • Después, Saúl se toparía con una compañía de profetas que descenderían del lugar alto con salterio, pandero, flauta y arpa, y profetizarían. Entonces, el Espíritu de Jehová Dios descendería sobre Saúl y profetizaría.

• Todas las señales se cumplieron. Luego, vino la obediencia a la dirección que a Samuel se le había adjudicado: “Luego bajarás... Espera siete días. Saúl obedeció el mandato cuando todas las demás señales se habían cumplido.

F. ¿ES LA PROFECÍA SIEMPRE ÚTIL?

Muchas vidas han sido heridas y confundidas por el uso erróneo de la profecía; sin embargo, la Palabra nos dice claramente: “No menospreciéis las profecías” (1Ts 5:20). Es nuestro deber buscar y encontrar la senda correcta que conduce hacia la cima de esa gloriosa montaña. Hay beneficios asombrosos obrados a través del precioso Don de Profecía. No hay porqué sorprenderse que por medio de articulaciones falsas, el enemigo ha engañado y engaña a muchos creyentes; al así hacerlo, ocasiona que esta hermosa operación caiga en deshonra.

G. ¿QUÉ REVELA NUESTRA REACCIÓN PARA PROFETIZAR? Si la profecía personal revela un ministerio futuro de gran importancia y nuestro ego es inflado por eso, entonces, hay algo malo en nuestro corazón. La arrogancia está allí. La Biblia dice que: “la arrogancia viene antes de la destrucción”. Debemos salir huyendo hacia el Señor para que nos libere del orgullo. No obstante, donde la profecía personal revela un ministerio futuro de gran importancia, y éste hace que caigamos a los pies del Señor en profunda humillación, esa profecía puede ser de ayuda y de bendición.

Cuando Jesús le habló una palabra profética a Saulo en el camino hacia Damasco, él ayunó y oró durante tres días (Hch 9:3-11; 26:13-18). La condición del corazón que se humilla es siempre el lugar de arraigo más seguro. Satanás dijo: “Subiré al cielo” (Is 14:13, 14). La dirección que Satanás toma siempre es hacia arriba. Jesús descendió primero (Ef 4:9); por consiguiente, el Padre le exaltó a lo sumo. Jesús siempre se humilló (Fil 2:7, 8). Mt 11:29.

H. ¿QUIÉN DEBERÁ CONFIRMAR LA PROFECÍA?

2Co 13:1 La ley de confirmación es una “necesidad” importante en el juicio y comprobación de una palabra profética. Dios siempre está listo para confirmar Su Palabra, aun con señales y milagros. Ninguna palabra profética importante, especialmente la que trata con dirección o afecte nuestras vidas, deberá ser aceptada sin la plena confirmación por:

1. Aquéllos que no están familiarizados con la Profecía

2. Las Escrituras y 3. Otra Palabra De Dios

La siguiente Escritura ilustra una profecía confirmando lo que Dios ha dicho: Hch 13:2.

I. ¿QUIÉN DEBERÁ JUZGAR LA PROFECÍA?

La palabra profética debe ser franca para ser juzgada por aquéllos que están clasificados como profetas y hombres de Dios. Somos amonestados solemnemente como sigue: 1Jn 4:1; 1Co 14:29. Es obvio que alguien que no tenga el don de profecía, no está calificado para juzgar, excepto sobre las bases de las pruebas ya mencionadas y la Palabra escrita. No obstante, es mejor que el espíritu de la articulación sea dejado al juicio de los hombres calificados en la profecía.

J. ¿CUÁNDO DEBE SER LA PROFECÍA RECHAZADA?

Siempre es una señal de amonestación si alguien rehúsa aceptar que su palabra de revelación, profecía o articulación sea traída a juicio y a confirmación por la Palabra escrita de Dios. Es mejor rechazarla inmediatamente; pues a pesar de cuán buena pueda sonar o escucharse la profecía, y cuán maravilloso sea el éxtasis del momento, si es contraria a la Palabra, entonces, no la reciba bajo ninguna condición.

El verdadero hombre de Dios le da la bienvenida al juicio. El Espíritu de Cristo dentro de él le hace “pacífico, amable, benigno” (Stg 3:17).

Siempre está listo para reconocer que es imperfecto en su carne, y que no es infalible. A nuestro mejor conocimiento, sólo conocemos “en parte” y profetizamos “en parte”.

K. CONCLUSIÓN

Por lo tanto, no rechacemos, ni ignoremos esta gloriosa operación del Espíritu de Dios, sino que seamos “sabios como serpientes”. No entremos en controversias, ni contiendas; con todo, no recibamos ninguna articulación que no esté en armonía con la Palabra infalible de Dios, ni sin la confirmación apropiada al respecto.

No permita que nadie tome autoridad sobre usted diciéndole: “Sí, sí, así ha dicho Jehová Dios”. Si Él ha hablado, delo por concluido; no necesitamos contender para probarlo. Y si Dios no ha hablado, lo que yo he articulado: “Así ha dicho Jehová Dios”, de ninguna manera le forzará a decir lo que declaró que Él dijo.

Así que, hermanos, seamos sabios y mansos, siempre procurando glorificar a Dios; no despreciando las profecías, ni ignorándolas. Disfrutemos de sus poderosas bendiciones y poder en toda sabiduría del Espíritu Santo. En gran humildad de mente, sigamos “adelante a la perfección” (He 6:1).

Capítulo 2: Guía para aprender a profetizar

Es necesario entender la diferencia entre tener el don de profecía y profetizar. 1ª Corintios 14:29-31 lo aclara al especificar que los profetas (que tienen el don de profecía) hablen dos o tres, y los demás juzguen, y luego dice que podemos profetizar todos, uno por uno, para que todos aprendan. Los dones espirituales son dados por Dios de manera permanente o transitoria. Un creyente puede no tener el don de sanidad o liberación, pero debe imponer manos sobre los enfermos y echar fuera demonios (Marcos 16:16-20).

1. Orar para someter la voluntad, los pensamientos, las emociones y la lengua al control y gobierno del Espíritu Santo: “Padre, en el nombre de Jesús, someto voluntariamente al control y gobierno de tu Espíritu Santo mi voluntad, pensamientos, emociones y lengua, y te pido que me des palabra profética para edificar tu iglesia”.

2. Orar para atar todo pensamiento, emoción e interferencia humana, mundana o diabólica: “Padre, en el nombre de Jesús y conforme a sus instrucciones, atamos todo pensamiento, emoción o interferencia humana, mundana o diabólica, y te pedimos que sea tu Santo Espíritu hablando Tu palabra a nuestras mentes y corazones”.

3. Cerrar los ojos, guardar silencio y concentrar los pensamientos en Jesús, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. En otras palabras, el testimonio (vida, obra y palabras) de Jesús, es el espíritu (la fuente, el origen) de la profecía. Hay que tener cuidado de no poner la mente en blanco o pensar en un Jesús Hippie.

4. Entonces, lo primero que se venga a nuestra mente, esa es la profecía, y de acuerdo a 1ª Corintios 14:24-27, se debe empezar por turnos, uno por uno, para que exprese la profecía que recibió, que puede ser:

• Un salmo o una melodía (cuando toque el turno entonces leer el Salmo o entonar la canción)

• • Una doctrina o enseñanza (compartir la enseñanza que recibió del Señor, ciñéndose a eso nada más)

• • Una lengua; la expresión aquí es doble:

• o Se refiere una historia, algo que contar, un testimonio, entonces puede ser que reciba una visión, recuerdo, anécdota, idea, testimonio, etc;

o o Se refiere a una lengua extraña y, se debe orar en la lengua extraña en voz alta cuando llegue su turno. Si no hay intérprete de lenguas en la iglesia, mientras ora en lenguas debe pedir en oración poder interpretarla

o • Una revelación (compartir lo que le fue revelado en su mente de acuerdo con la Escritura)

• • Una interpretación (Es la interpretación de lenguas extrañas como en el caso de la lengua, y también puede ser la interpretación dada por el Espíritu Santo de algún pasaje o versículo de la Sagrada Escritura)

• 5. Es importante que los creyentes maduros juzguen todo lo que se diga y lo filtren con LA PALABRA DE JESUCRISTO en los evangelios (Jesús es el autor y consumador de la fe y su palabra es la fuente de la profecía). Si alguna palabra no estuviere a lo que enseñó o practicó Jesús o sus discípulos, hacerlo notar con amor y explicar que estamos aprendiendo y podemos equivocarnos.

CUESTIONARIO a resolver

1. ¿Es la profecía siempre perfecta?

2. ¿Cuáles son las dimensiones seguras de la profecía?

3. ¿Cuáles son los recursos por los que puede ser motivada?

4. ¿Cuáles son las 3 dimensiones de las que debemos tener cautela?

5. ¿Cuál es la dimensión de la profecía en la que los espíritus de error se deleitan en entrar?.

6. ¿Cuál es el lugar de arraigo mas seguro para la profecía? .

7. ¿Quiénes deberán confirmar la profecía que trata con dirección?

8. ¿Quién deberá juzgar la profecía?

9. ¿Cuándo debe ser la profecía rechazada?

10. ¿Qué hace el hombre de Dios respecto al juicio de su profecía?