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En el capítulo 9 de Daniel podemos
encontrar cuál es la clase de oración que Dios responde.
¿Sabes? Si vas a orar,
querrás hacer una oración que Dios responda. Tal vez hayas hecho oraciones que
Dios no ha respondido. Entonces ¿cómo hacer la clase de oración que Dios
responde? En este pasaje vamos a aprender CÓMO
ORAR EN MEDIO DE UNA CRISIS. Espero que en este momento no estés en una
crisis, pero algún día lo estarás, por eso necesitas poner mucha atención, pues
esto te será de mucha ayuda para hacer lo que Dios te dice que hagas.
Hay seis pasos que podemos
encontrar en la vida de Daniel en este capítulo 9 sobre cuál es la clase de
oración que Dios responde.
A. CÓMO ORAR EN UNA CRISIS Daniel 9:1-23
1. DEJO QUE DIOS ME HABLE, ANTES DE HABLAR CON
ÉL.
Este es el paso de escuchar.
Debes escuchar la voz de Dios. ¿Cómo lo haces?
Primero hay un principio que
debes entender: Dios siempre da el
primer paso en tu vida, no eres tú. Dios es siempre quien inicia todo en tu
vida, y tu solamente respondes. Dios
nunca espera que des el primer paso, Él siempre da el primer paso. La
Biblia dice que nosotros lo amamos a Él porque Él nos amó primero. Dios te amó
mucho tiempo antes de que tú lo amaras a Él.
La Biblia dice que nosotros
servimos a Dios porque Dios nos sirvió a nosotros primero. Él sabía que
nosotros teníamos un problema, así que envió a Jesucristo a morir en la cruz
por nosotros, mucho antes de que supiéramos que teníamos un problema. Él nos
sirvió antes de que nosotros lo sirviéramos a él.
La Biblia dice que nosotros
le damos a Dios porque Dios nos dio primero. Todo lo que tienes en tu vida es
un regalo de Dios: el aire que respiras, tu vida, tu mente, tu cerebro, todo lo
que tienes es un regalo de Dios.
Dios nunca te pedirá que hagas algo que Él no haya hecho por ti. Dios siempre da el primer paso,
nosotros solo respondemos.
Y eso es cierto también en
la oración.
La razón por la que oramos (hablamos con Dios), es porque Dios habló con
nosotros primero en la Biblia.
La Biblia fue escrita hace
más de 3,500 años, con muchos escritores diferentes, para que escribieran estas
palabras que Él quería que escribieran, y hay literalmente miles y miles de
promesas de Dios para ti.
Lo que hacemos en oración es
que le clamamos las promesas que Él nos ha hecho. Le decimos: “Señor, tú dijiste
esto, así que te pido que hagas esto”.
Así que la Biblia dice que
la oración inicia, no hablando, sino escuchando.
Ahora, ¿cómo puedes escuchar
a Dios? Leyendo la Biblia. Si no te gusta leer, entonces escuchando la Biblia
en un CD, en un MP3 o lo que sea.
Lógicamente, necesitas
primero dejar que Dios te hable a ti para saber:
·
Cuándo orar
·
Dónde orar
·
Cómo orar
·
Qué orar
·
Y todo lo demás.
Daniel hizo esto.
Aquí al inicio del capítulo
9 Daniel es ya un anciano, tiene 85 años. Cuando vimos la primera prueba en la
vida de Daniel, él tenía 15 años y era un prisionero de guerra. Él ahora a
atravesado múltiples cambios a lo largo de su vida, prueba tras prueba tras
prueba. Y sigue siendo promovido, y tiene cada vez más autoridad y más poder, y
él ahora ya ha servido a 3 reyes, y como sabemos, los Babilonios derrotaron a
los Asirios, y luego los Persas derrotaron a los Babilonios, así que ahora él
tiene un nuevo jefe. Daniel sobrevivió tres administraciones y, sin importar lo
que estuviera ocurriendo en el gobierno, él seguía siendo promovido. Pero él
quería regresar a casa antes de morir. Él tenía 85 años, y él sabe que Dios
dijo en el libro de Jeremías: “Ustedes estarán en Babilonia durante setenta
años, pero luego traeré a mi pueblo de regreso a Israel.” Daniel sabe que el
tiempo ya se cumplió, pero también sabe que el pueblo, que los israelitas, no
se han vuelto a Dios. Setenta años más tarde siguen estando igual de mal. Y
dice: “No estamos más cerca de Dios que
hace setenta años, y temo que Dios vaya a dejarnos aquí en Babilonia, y que no
nos permita regresar a Israel.”
Así que, ésta es su crisis.
Y aquí es donde comienza.
Daniel 9:1-2 (NTV) Era el primer año del reinado de Darío, el medo, hijo de Asuero, quien
llegó a ser rey de los babilonios. Durante el primer año de su reinado, yo,
Daniel, al estudiar la palabra del Señor, según fue revelada al profeta
Jeremías, aprendí que Jerusalén debía quedar en desolación durante setenta
años.
al estudiar la palabra del
Señor, … aprendí
Nunca podrás
orar efectivamente a menos que estudies la Palabra del Señor y la aprendas. A
menos que estudies la Biblia todos los días de tu vida.
Cuanto más
conozcas la Biblia, más oraciones tendrás contestadas.
Pero, si eres ignorante de la Biblia, no
sabes cómo orar, no sabes qué orar, no sabes cuándo orar, no sabes cuáles son
las promesas que Dios te ha hecho. Así que necesitas leer un poco de la Biblia
todos los días de tu vida para que aprendas esas promesas que Dios te ha hecho.
Esto fue lo que dijo Jesús:
Juan 15:7 (NTV) Si ustedes
permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que
quieran, ¡y les será concedido!
¿De qué está hablando aquí? De la Biblia. Él
dice: “Si estas palabras permanecen en sus corazones, si cumplen estas dos
condiciones, pueden pedir lo que quieran, y les será concedido”.
¡Estas son palabras de Jesucristo! ¡WOW!
¡Eso es mejor que un cheque en blanco!
Puedes pedir todo lo que quieras en oración y
te será concedido.
Ahora, observa lo que dice este versículo:
Dice que si yo estoy orando y no recibo respuesta, lo primero que debo revisar
es: ¿Estoy cumpliendo con estas dos condiciones? ¿Estoy conectado con Dios?
Dios, ¿en qué condición está mi relación contigo? ¿Está dañada? ¿Hay algo en mi
vida que yo sé que no está bien y que tú sabes que no está bien y que quieres
que arregle esa situación? Esa es una relación interrumpida con Dios. Pero
dice: “Si permaneces conectado a mí, si estás en armonía conmigo”, dice, “y mis
palabras” la biblia, “permanece en tu corazón, puedes pedir lo que quieras en
oración, y te será concedido”.
Así que, si no estoy recibiendo respuesta,
ese es uno de los dos problemas. Esa es una de las condiciones necesarias.
Así que, Daniel está diciendo: “Voy a
estudiar la Palabra, voy a permanecer en ella”.
Y cuanto más
llenes tu mente con la Biblia, cuanto más memorices versículos bíblicos, más
respuestas vas a obtener en tu vida.
Ahora, esto es algo tan importante para tu
vida, que quiero ayudarte, quiero ayudarte a desarrollar el hábito de nunca
irte a la cama, ni un solo día en tu vida, sin antes haber pasado al menos un
poco de tiempo, al menos un minuto, o dos minutos, leyendo un poco de la Biblia.
Y luego hablando con Dios, por al menos uno o dos minutos.
Ahora, la semana anterior vimos que Daniel
hizo esto tres veces al día. Ese era su hábito. Y yo pregunté: ¿Crees que tu
vida sería diferente si tuvieras una conversación con Dios tres veces al día
por el resto de tu vida (lo cual Daniel hizo por más de 70 años)? No me
sorprende que supiera cómo resolver problemas, que fuera sabio. No me sorprende
que lo siguieran promoviendo. Él hablaba con Dios todos los días. Yo hago esto
todo el tiempo y, a lo largo de mi día, yo no hablo solamente una vez al día
con Dios, lo hago en varias ocasiones. Y al prepararme para una reunión, digo:
“Dios, voy a necesitar que me guíes. Yo no sé qué decirle a estas personas. Yo
no sé qué van a decirme, no sé cuál es su problema. Ayúdame a saber qué es lo
correcto. Dependo de ti. Y sé que me darás la sabiduría y la guianza para hacer
lo correcto.” Y voy a esa reunión y a otra, y a lo largo del día una de mis
oraciones es: “¿Y ahora qué sigue? Señor, ¿qué es lo que quieres hacer?” Y
siempre estoy buscando recibir dirección de Dios.
Quiero enseñarles este hábito de tener un
poco de lectura bíblica diaria, de orar, de hablar con Dios, al menos tres
veces al día, porque eso va a
revolucionar tu vida.
Hombres: eso los hará hombres fuertes. Los
hará tener más confianza. Los hará tener menos miedo.
Lo mismo para las mujeres: las hará mujeres
más fuertes. Las hará tener más confianza y tener menos miedo.
Si desarrollas el hábito de tener comunión
con Dios en múltiples ocasiones al día.
Déjalo que Él te hable. Háblale tú a él.
Manejarás mejor tu estrés. Y eso mejorará
cada una de las áreas de tu vida. ¡Te lo
garantizo!
¿A cuántos les gustaría que el próximo año
sea mejor que este año?
¿A cuántos les gustaría que el próximo año
fuera el mejor año de su vida?
¡A mí me gustaría!
Puedo garantizar: SI APRENDEN EL HÁBITO DE
ORAR AL MENOS TRES VECES AL DÍA DURANTE 34 DÍAS DE BÚSQUEDA DE DIOS, lo que
requerirá como máximo 15 minutos diarios, les garantizo que vale la pena
invertir 15 minutos de tu tiempo durante unos cuantos días para ayudar a
prepararte por el resto de tu vida.
Si haces ese compromiso, eso será algo
maravilloso, que te fortalecerá y te preparará para el año próximo para que
tengas el mejor año de tu vida.
En la Tarjeta de Compromiso (que se te enviará por email, al final se
explica cómo), escoge 3 espacios de 5 minutos, puedes escoger la hora que
quieras, y te recomiendo que uses el mismo tiempo todos los días, y voy a
ayudarles durante 34 días a desarrollar este hábito.
NOTA: AL FINAL DE ESTA
TRANSCRIPCIÓN ESTÁN LAS INSTRUCCIONES PARA INSCRIBIRSE.
Ahora, permítanme hablar un momento con los
hombres.
Yo he hecho muchas cosas difíciles en mi
vida. He corrido muchos riesgos. He peleado muchas batallas. He enfrentado
muchas críticas. He estado en muchas situaciones difíciles, situaciones en las
que no te gustaría estar, y que he tenido que vivir junto con otras personas.
He enfrentado muchos problemas y muchas batallas. Pero la batalla más difícil que he enfrentado como hombre es la batalla
de tener una conversación con Dios de forma consistente y leer Su palabra todos
los días de mi vida. NO HAY OTRA BATALLA COMO ESTA. Los hombres débiles no pueden hacer esto. Las mujeres débiles no pueden
hacerlo. Es una prueba de tu carácter.
¿Tienes el carácter y la energía para
hacerlo? ¿Pasar un tiempo a solas con Dios cada día? NO TODOS LO TIENEN.
Ahora, ¿por
qué es tan difícil?
Porque Satanás sabe que si gana esta batalla,
él ha ganado las demás batallas en tu vida.
Esta es la
batalla decisiva.
Si ganas en
esta área, vas a ganar en todas las áreas de tu vida.
Repito: SI GANAS EN ESTA ÁREA, VAS A GANAR EN
TODAS LAS ÁREAS DE TU VIDA.
Si tienes una conversación con Dios tres
veces al día, si pasas tiempo (no tiene que ser mucho tiempo), solo necesitas
reportarte con Dios, decir: “Dios, aquí estoy, solo quiero reportarme”. Si
ganas esa batalla, las otras piezas del dominó en tu vida van a caer. TODO LO
DEMÁS MEJORARÁ EN TU VIDA.
Satanás sabe que si puede evitar que lesas la
Biblia y si puede evitar que hables con Dios, serás un creyente débil, no serás
fuerte. Él podrá derribarte, él podrá darte una patada; él puede empujarte, y
te dejarás manipular por tu estado de ánimo, por las críticas, por la
aprobación de los demás, por la presión de grupo, tendrás miedos y ansiedades
en tu vida.
Pero si haces esto que te enseñaré durante 34
días, Tu fuerza como hombre, y como mujer, va a aumentar. El diablo quiere
evitar que hagas esto.
Entonces, al final de este mensaje, quiero
pedirte que escojas 3 de los horarios e inicia el 1º de Julio con esta
aventura.
Volvamos al libro de Daniel. En el capítulo 9
Daniel estaba preocupado por la crisis en su vida, así que empezó a leer este
libro que había sido escrito por Jeremías. Ahora, esta es la cosa: Daniel y
Jeremías vivieron en la misma época. Cuando Babilonia derrotó a Israel, Daniel
fue llevado como prisionero de guerra a Babilonia, pero a Jeremías lo dejaron
en una Jerusalén completamente destrozada. Y en el libro de Jeremías, Dios le
dice a él: “Estas personas estarán allí durante 70 años” y Daniel lo leyó y se
llenó de esperanza. ¿Quieren saber qué es lo que leyó Daniel? Esto es lo que
estaba estudiando:
Jeremías 29:10-12 (NTV) Esto dice el Señor: “Ustedes permanecerán en Babilonia durante setenta
años; pero luego vendré y cumpliré todas las cosas buenas que les prometí, y
los llevaré de regreso a casa. Pues yo sé los planes que tengo para ustedes
—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un
futuro y una esperanza. En esos días, cuando oren, los escucharé.
Ahora, si ya has estado en
la iglesia durante algún tiempo, ya has escuchado ese verso: Pues yo sé los planes que tengo para ustedes
—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo. Dios dice:
“Tengo un plan para tu vida, y es un plan para tu éxito, no para tu derrota. Es
un buen plan que te dará un buen futuro y te dará esperanza”. Dios te dice esto así. Conocemos ese verso,
pero a menudo omitimos la última parte que dice: En esos días, cuando oren, los escucharé.
Ahora, quiero que escuchen
esto con mucha atención. Dios de te dice esto hoy: “Te hice con un propósito,
tengo un plan para tu vida, pero no es automático, te lo puedes perder. Puedes
perderte mi plan para tu vida”. De hecho, la mayoría de la gente se pierde el
plan de Dios para sus vidas.
Él dice, hay dos factores:
Yo prometí rescatarte y te llevaré de regreso a casa, y haré lo que necesitas
que haga en tu vida. Pero esto involucra dos factores para que puedas cumplir
el propósito de tu vida:
2 FACTORES: EL TIEMPO DE DIOS y MIS
ORACIONES
Y ambas cosas juegan un
papel importante en lo que Dios quiere hacer en tu vida.
El tiempo de Dios: Cuándo va
a hacerlo.
Y tus oraciones: Cuando le
pides a Él que lo haga.
Ambas son extremadamente
importantes.
Así que permítanme explicar
lo que dice ese versículo en Jeremías.
Dios dice esto: “Yo tengo un
plan para tu vida. Yo no te hice sin un propósito. Yo te creé con un propósito
y con un plan. Y mi plan para ti es bueno, pero tiene un horario.” Y Él le dice
específicamente a estas personas: “Yo no voy a cancelar mi plan. Ustedes
estarán en Babilonia durante setenta años. Yo no voy a acortar mi plan ni un
solo día. No regresarán a casa antes de tiempo. Ustedes estarán allí durante
setenta años. Así que ese es mi plan. Pero no se preocupen, porque es para lo
bueno. Pero, cuando se cumpla el tiempo, para que cumpla mi plan y los lleve de
regreso a casa, ustedes tendrán que hace algo: ustedes tendrán que orar. Y
cuando ustedes oren, entonces yo los escucharé”.
Ahora, quiero que observes
esto (este es un verso muy importante en la Biblia): Aquí vemos la soberanía de
Dios, Él tiene el control. Y vemos que tú tienes la responsabilidad de hacer
algo. Dios determina el tiempo de Su plan y propósito para tu vida, pero cuando
llegue el tiempo indicado, tú tendrás que orar, porque Él no lo hará hasta que
se lo pidas. Él nunca impondrá Su plan sobre ti a la fuerza. Tienes qué
pedírselo.
Santiago 4:2 No tienen lo que desean porque no se lo
piden a Dios.
Espera un momento, ¿me estás
diciendo que hay cosas que Dios quiere hacer en mi vida, cosas buenas, cosas
grandiosas, que no obtendré a menos que se las pida? Es exactamente lo que te
estoy diciendo.
Dios tiene Su tiempo, pero
tú tienes tu oración.
Y algunas cosas no han ocurrido en tu vida porque no se las has pedido a
Dios. No le has pedido a Dios
que las haga en tu vida. Él dice: “Yo tengo intenciones de hacerlo cuando
llegue el tiempo pero tú tienes qué orar para que ocurra”. No tienes porque no
pides.
Ahora, esto genera una
interrogante en tu vida. Seguramente esto ya te ha pasado.
¿Cómo saber cuándo estoy
esperando en Dios y cómo saber cuándo Dios me está esperando a mí?
Es una buena pregunta.
Está bien, dice, yo tengo un
gran sueño para mi vida, y en verdad creo que esto es lo que Dios quiere que
haga con mi vida, pero no sé, todavía no ha ocurrido, así que ¿estoy esperando
en Dios, o está Dios esperándome a mí?
Bien, esto aquí lo explica,
esto es lo que significa: Si le he pedido a Dios que haga algo grandioso en mi
vida, y he orado, y se lo he pedido, y no hay nada que interrumpa nuestra
relación (hasta donde yo sé, todo está bien entre nosotros, no hay ningún
pecado o algo escondido que digo: “Sí, sé que Dios quiere que haga esto, pero
no lo he hecho”), y se lo he pedido a Dios, y como dijo Jesús, estoy conectado
con Dios, todo está bien entre nosotros, estoy en armonía con Dios, y estoy
estudiando la Biblia, leo la Biblia todos los días, Su palabra está dentro de
mí, si yo oro pidiendo algo, y todo esto es cierto, pero aún no he recibido la
respuesta, estoy esperando en Dios.
TODO TIENE QUE VER CON SU TIEMPO. Estoy esperando en Dios. Él dice: “Yo voy a
hacerlo, pero voy a hacerlo en mi tiempo.” Y solo necesito ser paciente.
Por otro lado, si hay algo
grandioso que quiero que Dios haga en mi vida, y siempre he querido que Dios lo
haga, pero nunca he pedido, no le he pedido a Dios que lo haga, no he pedido la
ayuda de Dios, no he pedido la guianza de Dios en mi sueño, entonces Dios te está esperando. Si no has orado
al respecto, Dios está esperando por ti: “Ustedes no tienen porque no han
pedido.”
Entonces, permítanme iniciar
haciendo una pregunta muy personal:
¿Qué es lo que quieres en la
vida?
¿Qué es lo que en verdad
quieres en la vida pero nunca se lo has pedido a Dios?
¿Sabías que la Biblia dice
que puedes pedirle cualquier cosa a Dios cosa?
El primer paso es que
escucho a Dios, leo Su palabra, dejo que Él me hable y luego yo le hablo.
Paso número dos, el segundo
paso:
2. ENFOCO MI ATENCIÓN EN DIOS
Este es el segundo paso en
la clase de oración que Dios responde.
Volví mi rostro a Dios, el Señor, BUSCÁNDOLO... Daniel 9:3a (RVR1995)
Volví mi rostro a Dios…
Esposos: permítanme
hablarles por un momento. Permítanme darles un consejo matrimonial que les
producirá buenos resultados por el resto de sus vidas. Se los dice alguien que
ha estado casado durante 41 años. Este es un consejo para todos los esposos. He
observado y he desarrollado este hábito que siempre que Kay (mi esposa) me
habla, yo vuelvo mi rostro hacia ella, físicamente. Cada vez que ella me habla,
literalmente, volteo mi rostro para verla. Y, ¿saben qué he observado? Que a
ella le gusta. De hecho, a ella le encanta.
Porque, cuando vuelves tu
rostro hacia alguien, le estás diciendo: “Tú tienes toda mi atención. Estoy
completamente enfocado en ti.” A ti te gusta esto (todas las esposas
seguramente están alegres). A todo el mundo le gusta esto. Cuando tú hablas, te
gusta que la gente te preste atención. ¡Qué tristeza por el pobre maestro
sustituto que se para frente a la clase intentando enseñar, pero nadie voltea a
verle! Y es como la caricatura de Charlie Brown, la pobre maestra está hablando
pero nadie le está prestando atención.
Volver tu rostro demuestra
atención.
Cuando mis hijos estaban
pequeños, ellos me agarraban de la cara y me decían: “Papi, mírame; no me estás
prestando atención, mírame papi”. Ellos querían contacto visual.
El mayor regalo que puedes
darle a alguien es tu atención. Es más importante que las rosas o los
chocolates. Darle tu atención a tu esposa y a tus hijos es el mayor regalo,
porque tu atención es tu vida.
Ahora, ¿sabías que puedes
hacer esto con Dios?
Puedes volver tu rostro
hacia Dios en oración. ¿Cómo?
Físicamente, solo alza la
mirada. “Dios, aquí estoy, estoy listo para hablar. Me estoy reportando para mi
conversación 3 veces al día”. Puedes salir y alzar la mirada al cielo, y quedar
viendo; simplemente alza la mirada.
Nada en la Biblia te dice
que cierres tus ojos para orar. No hay nada que diga que tienes que inclinar tu
rostro para orar. Esa es una de las formas para orar, y está bien. Pero en
muchas ocasiones en la Biblia, la gente no cerraba sus ojos, sino que alzaba la
mirada y hablaban. A mí me gusta orar en voz alta. Cuando cierro los ojos y oro
en silencio, yo me quedo dormido. Yo no oro con los ojos cerrados y yo no oro
en mi mente. Cuando estoy orando, yo oro en voz alta mientras conduzco, alzando
la mirada o lo que sea. Incluso puedes sentarte en tu sofá, alzar la mirada y
decir: “Dios, vuelvo mi rostro a ti.” ¿Está bien?
Pero, este es un
recordatorio físico de que estoy enfocando mi atención.
Esto fue lo que hizo Daniel,
físicamente.
Vemos nuevamente lo que dice
el versículo 3:
Daniel 9:3a (RVR1995) Volví mi rostro a Dios, el Señor, BUSCÁNDOLO...
…BUSCÁNDOLO … este es el segundo paso de la oración. El primero es
escuchar, y el segundo paso de la oración es buscar.
Ahora, vamos a pasar mucho
tiempo estudiando esto, y voy a enseñarles cómo hacerlo. Vas a aprender a
buscar a Dios. Y durante los 34 días de la búsqueda de Dios les enseñaré, no
entraremos en detalle ahora mismo, pero permítanme mostrarles algunos de los beneficios
y, si aprendes cómo hacerlo, tu vida cambiará. Tu vida completa se volverá
mucho mejor.
Permítanme mostrarles
algunas promesas:
Amós 5:4 (NVI) Así dice el Señor: … Búsquenme, y vivirán.
Es decir, no solamente
existirán, sino que vas a vivir. No estás viviendo; algunos solamente existen.
Dice: “Búsquenme, y vivirán”. Aprenderán qué significa vivir.
Proverbios 8:17 (NTV) Amo a todos los que me aman. Los que me
buscan, me encontrarán.
Si tu dice: “No encuentro a
Dios”, no estás buscando. Debes buscarlo.
Jeremías 29:13 (NTV) Si me buscan de todo corazón, podrán
encontrarme.
Eso es serio, eso es una
búsqueda emocional. Me encontrarán cuando de verdad quieran conocerme. No con
actitud de “Mmm, sí, me gustaría conocer a Dios, en mi tiempo libre; tal vez
entre el partido de futbol y el trabajo”. No. Si me buscan de todo corazón podrán, encontrarme.
Hebreos 11:6 (NTV) Dios recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
¿Te gustaría que Dios te
recompensara en tu negocio? ¡Búscalo!
¿Te gustaría que Dios
recompensara tus finanzas? ¡Búscalo!
¿Te gustaría que Dios
recompensara tu matrimonio? ¡Búscalo!
¿Te gustaría que Dios
recompensara con tus hijos? ¡Búscalo!
¿Te gustaría que Dios
recompensara en tus relaciones con tu cónyuge?
¿Te gustaría que Dios
recompensara tu futuro?
Todo aquello en lo que busques a Dios, Dios va a recompensar. Y en lo
que no busques a Dios, Dios dice “arréglatelas solo, estás por tu cuenta”.
Lucas 12:31 (NTV) Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás (el reino de
Dios son Sus prioridades, no tus prioridades, sino las Suyas), y él les dará todo lo que necesiten.
Este es otro de esos cheques
en blanco. Dice: “No busquen riqueza, busquen a Dios, Él se encargará de lo que
necesitan. No busquen la fama, busquen a Dios, y Él se encargará de lo que
necesitan. No busquen placer, no busques un cónyuge, no busques nada de esas
cosas que estás buscando”. Él dice: Búsquenme
primeramente a mí, y si yo estoy en primer lugar en tu vida, me encargaré de lo
demás. Yo me haré cargo de todo lo
demás. Él dice: Búsquenme
primeramente, porque yo busco las personas que me ponen por encima de todo.
Así que vamos a cubrir todo
esto en detalle en los 34 días en los cuales vamos a buscar a Dios
próximamente.
Tal vez nunca antes hayas
pensado en esto, pero gran parte del dolor que estás atravesando
(las dificultades, el estrés, la presión que enfrentas, los problemas que
enfrentas, todos los enredos que estás viviendo en tus relaciones, casi todo
eso que estás enfrentando en este momento) es el resultado de que no estés buscando a
Dios, de que no hayas puesto a Dios en primer lugar, no has buscado
Su guianza, no has buscado Su sabiduría, no buscaste Su ayuda, no le pediste
permiso, simplemente tomaste una decisión.
Así que, fuiste y compraste
algo sin consultarlo con Dios: “¿Dios, debería comprar esta casa, debería hacer
este trabajo, debería comprar este automóvil, empezar esta relación?”. No
buscaste a Dios, sino que simplemente lo hiciste y ahora está cosechando las
consecuencias, y eso causa la gran parte de los problemas en tu vida, porque tomaste
una decisión sin primero consultarlo con Dios. No tuviste esa conversación
diaria con Dios. En cada área en la que le pides ayuda a Dios, Él va a
bendecirte, incluso con tus compras.
Ahora, este es un punto muy
importante: Cada vez que ignoramos a Dios
(no le pedimos Su ayuda, no le pedimos consejo, no le pedimos Su bendición,
no le pedimos Su permiso, no pedimos Su sabiduría) ¿saben qué es lo que hace Dios? – cuando no le pedimos esas cosas,
Su ayuda, Su consejo – Dios simplemente
se hace a un lado en tu vida, y te dice: “Bien, yo voy solamente donde me
invitan, está bien. No me preguntaste si deberías comprar eso, no me
preguntaste si deberías salir con ella, no me preguntaste si deberías salir con
ella, no me preguntaste si debiste aceptar ese trabajo, no me preguntaste si
esa era una buena meta. Simplemente lo hiciste. Así que, ¡bien! ¡Hazlo a tu
manera!”
Y Dios simplemente se hace a
un lado, dice: “Yo voy a regresar al Cielo, y voy a dejar que coseches el fruto
de tus malas decisiones.” Y entonces tienes toda clase de problemas, de
dificultades, tu vida es un desastre, y luego buscas a Dios y dices:
“¡Ayúdame!” y Dios dice: “Bien, voy a volver.”
Y eso es lo que ocurre,
cosechamos el resultado de nuestro pecado. Dios dice que cuando no lo busco en cada
área de mi vida, esto es lo que ocurre:
Oseas 5:15-6:1 (NTV) Entonces regresaré a mi lugar, hasta que
reconozcan (que no lo hemos buscado, que no le hemos pedido Su opinión, Su
ayuda) su culpa y se vuelvan a mí. Pues tan pronto lleguen las dificultades (que
son cosas a las que siempre les damos atención), me buscarán de todo corazón, diciendo: Volvámonos al Señor, Él nos
sanará.
Amigos, esa es la
descripción de lo que está sucediendo en los Estados Unidos y en el mundo en
este momento, porque no hemos buscado a Dios, no le hemos pedido permiso, no le
hemos pedido Su consejo, no le hemos pedido sabiduría, simplemente hemos hecho
lo que quisimos y ahora estamos en problemas. Estamos en problemas en nuestra
vida, en nuestra familia, en nuestro y trabajo y, finalmente, ¡las cosas se
ponen tan mal!
¿Saben? No cambiamos cuando
vemos la luz, sino cuando sentimos el calor, y decimos: “Volvámonos al Señor, y
Él nos sanará”.
¿Qué necesita sanidad en tu
vida?
Dios, necesito que me sanes
de la depresión.
Necesito que me sanes de la
ansiedad.
Necesito que me sanes de
esos miedos secretos que me aterran. Estoy muerto de miedo.
Dios, Necesito que sanes mi
cuerpo.
Dios, Necesito que sanes mis
finanzas, que yo mismo eché a perder debido a mis decisiones.
Dios, Necesito que sanes mi
matrimonio. Necesito que sanes mi relación.
Dios, Necesito que sanes mi
nación.
Mi País necesita sanidad.
Yo necesito sanidad.
Mi empleo, mi carrera,
necesita sanidad.
No sé lo que necesitas, pero
dice que todo empieza al enfocar mi atención en Dios, y al buscarle.
Ahora, permítanme hacerles
un par de preguntas:
¿Será posible que el dolor
que estás atravesando se debe a que no buscaste a Dios sino tomaste una
decisión sin primero consultarlo con Él?
Es muy problable.
Y Dios dice. “Yo pude
haberte ahorrado el esfuerzo, si solamente me hubieras buscado.”
Simplemente conversa con él
dos o tres veces al día y Él te dirá: “¡Peligro! ¡Peligro! ¡Eso es peligroso!
¡No vayas en esa dirección!”.
¿Será posible que ese dolor
es porque no buscaste a Dios en el pasado? Tomaste malas decisiones y ahora
estás pagando las consecuencias.
Pregunta (déjame decirlo de
una forma más positiva): ¿Qué es lo que en verdad estás buscando en la vida?
Si tuvieras que describir el
año próximo, y dijeras: “Así es como quiero que luzca mi vida el año próximo,
este sería el año ideal para mí, este sería el año perfecto para mí, me
gustaría ver que esto ocurriera en mi vida, me gustaría ver estos cambios en mi
vida”. Si tuvieras qué describir esa imagen, ¿cómo sería?
Y ahora quiero hacerte esta
pregunta: ¿Valdría la pena pasar 34 días buscando a Dios para estar preparado
para lo que resta del año? Claro, eso va a ahorrarte mucho dolor, y dolores de
cabeza y desánimo.
Y eso es lo que haremos a
continuación: 34 días buscando a Dios.
Ahora vamos con el tercer
paso.
3. EXPRESO MIS DESEOS CON
EMOCIÓN
Cuando estás pidiéndole algo
a Dios en oración y le digo: “Dios, necesito esto…” ya sea una necesidad
espiritual, física, emocional, lo que sea que le pidas a Dios en oración, debo
expresar mis deseos con emoción.
Muchas de nuestras oraciones
son rutinarias. Decimos ciertas palabras, pero no sabemos de qué estamos
hablando. ¿Saben? Cosas que memorizamos: “Ilumina Señor nuestra noche,
concédenos descanso tranquilo. Que mañana nos levantemos en tu santo nombre, y
que podamos…” ¡no significa nada!
Solo es algo que dices. O la
oración de los alimentos: “Bendice Señor estos alimentos que por tu bondad
vamos a tomar…” y saben, no hay ninguna emoción, no hay autenticidad.
Simplemente son cosas que aprendimos.
A Dios no le importa cuán
hermosa suene tu oración. De hecho, Dios no se preocupa tanto por las palabras
como se preocupa por el corazón.
¿Alguna vez has visto que
puedes decir las palabras correctas con la emoción equivocada pero tu cónyuge
no lo ve así? Sí, puedes las palabras correctas, pero te dice: “¿Qué quieres
decir con eso?”. Se debe al tono de tu voz.
Esto nos dice que Dios es un
Dios de emociones. La única razón por la que tienes emociones, las buenas y las
malas, es porque fuiste hecho a imagen de Dios. Los seres humanos tienen
emociones que no tiene ninguno de los animales. Tenemos una gran cantidad de
emociones porque Dios es un Dios de emociones.
La Biblia dice que Dios se
alegra, y la Biblia dice que Dios se entristece. Él se entristece cuando ve una
violación, cuando ve un abuso, cuando ve una guerra; Dios se entristece cuando
ve lo que hacen las personas por egoísmo. Y la Biblia dice que Dios se enoja,
por eso tú también te enojas, porque fuiste hecho a imagen de Dios. La Biblia
dice que Dios se pone celoso; por eso tú también puedes ponerte celoso; porque
cuando Dios ve que tú le das tu amor a otra cosa que no es Él, Él se pone
celoso. La Biblia dice que Dios se frustra; Él nos ve y ve las cosas que
hacemos y dice: “¡Te dije que no lo hicieras! ¿por qué lo hiciste? Eso no te
conviene, es frustrante”.
Ahora, ¿podría Dios
cambiarlo? ¡Claro! Convirtiéndonos en marionetas.
Pero Dios simplemente se
hace a un lado, y dice: “Hazlo a tu manera”. No voy a forzarte a que me ames.
No voy a forzarte a hacer lo correcto.
Así que tú y yo tomamos
decisiones egoístas todos los días, y la gente sale lastimada. Por eso hay
pecado, por eso hay maldad en el mundo, porque Dios nos da la libertad de
escoger. Así que Dios dice: “Bien, me haré a un lado, voy a dejar que coseches
el resultado de tus propias decisiones”.
Pero Dios dice: “Yo soy un
Dios de emociones.” La muerte de Jesús en la cruz fue una escena emocional,
llena de emoción. La muerte de Jesús en la cruz fue para Él una agonía
emocional. Fue una agonía para Dios el Padre ver a Su Hijo morir de esa manera.
Pero lo hizo por tu beneficio. Fue una agonía para las personas que lo vieron.
Fue algo emocional. Y Dios tiene muchas emociones por ti ¿te das cuenta de eso?
Dios no solo dice: “Te amo”. ¡No! ¡Él te ama apasionadamente, emocionalmente!
Dios tiene sentimientos muy muy profundos por ti. ¡Cuánto te ama! ¿Quieres
saber cuánto te ama? ¡Mira la cruz! “Estoy dispuesto a morir, estoy dispuesto a
morir por ti.” Dios siente muchas emociones por ti. Así que Dios dice: “Ya que
tengo esas emociones, yo quiero que hables conmigo de forma emocional. No
solamente leas estas oraciones, no hay ninguna clase de emoción.”
Déjame preguntarte: ¿Cambia
el tono de tu voz cuando haces una petición? Claro que sí.
Por ejemplo, ¿qué hay de los
hombres? Cuando tú le dices a tu futura esposa, están en una cita, y le dices
(bostezando): “Quieres casarte conmigo? (bostezas) ¿por favor? Cásate conmigo”.
Ella te dirá: “Amigo, si ni puedes decirlo con un poco más de pasión, ¡más te
vale que lo olvides! Eso no va a pasar.”
¿Alguno de ustedes recuerda
cuando era pequeño y alguien estaba haciéndote cosquillas, y al inicio era
divertido, pero después era demasiado? Y cuando querías que dejaran de hacerlo
no lo pedías en voz baja: “Ya no me hagas cosquillas”, sino que gritabas: “¡Ya
no me hagas cosquillas!” y lo decías apasionadamente.
La pasión, la intensidad,
demuestra cuánto te importa algo. Si le pides algo a Dios y le dices: “Dios,
esto me gusta”, pero no lo haces con pasión, Dios dice: “¿Y cómo hago para
saber? Si oras solamente una vez, no quieres orar más de una vez, y nunca
hablas con Dios, diciéndole: “Dios, ¡necesito esto! ¡tengo qué tenerlo!”,
entonces Dios dice: “¿Qué es esto? ¿Un deseo o un capricho? ¿O es un verdadero
deseo?”.
Así que la Biblia dice esto,
esto es lo tercero que hizo Daniel:
Daniel 9:3ª (BLP)
“Me dirigí al Señor, mi Dios, implorándole con oraciones...”
Implorándole…
Implorar es pedir con una profunda emoción. No es una rutina,
es mucho más que una petición, estoy pidiendo algo con emoción, estoy
implorando. La palabra hebrea es “Pakash” que significa “una petición
emocional”, es una búsqueda verdadera, es buscar con todo tu corazón, es pedir,
es suplicar: “¡Te lo suplico! ¡Te lo ruego! ¡Por favor, por favor! ¡Necesito
tener esto! ¡Estoy de rodillas! ¡Te lo imploro!”. Eso es implorar.
Dios escucha las súplicas.
En la Nueva Traducción Viviente dice así:
Daniel 9:3 (NTV) Dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración...
¿Alguna vez has hecho eso?
¿Alguna vez le has rogado al
Señor en oración?
¿Alguna vez le has
implorado?
Esta no es una oración común
y corriente. Esta es una oración con todas tus fuerzas, de todo corazón. Le
estoy rogando al Señor: “¡Dios! ¡Necesito tu ayuda en este negocio! ¡Necesito
tu ayuda en este matrimonio! ¡Dios, necesito tu ayuda! ¡Te lo ruego!”. Estoy
siendo auténtico, te lo estoy diciendo de todo corazón. Es algo así como Jacob
luchando con el ángel: “No te dejaré hasta que me bendigas, Dios.”
¿Cuándo fue la última vez
que oraste de esta manera? Expresándole tus deseos a Dios con emoción. Te lo puedo
decir; tal vez ya lo olvidaste, pero puedo decirte cuando fue la última vez que
lo hiciste. Como tu pastor, tu amigo, tu entrenador espiritual; la última vez
que oraste de esa manera fue cuando estabas experimentando un gran dolor.
Porque no le rogamos a Dios de esa manera cuando todo va de maravilla y vamos
saltando por los prados recogiendo flores y hablando solamente de amor y paz.
“Que tengas un buen día”, con una sonrisa.
¡No! Tú le rogaste a Dios
cuando estabas experimentando gran dolor. ¿Fue esa la única vez que le rogaste
a Dios? ¿En medio del dolor?
¿Puedes hacerlo en otro
momento?
Esto se llama, a orar con
emoción se le llama: CLAMAR A DIOS.
Te recomiendo que hagas un
estudio en la Biblia acerca de todas las ocasiones en que Dios habla acerca de
“clamar a Dios”. Hay muchos ejemplos de todo tipo de personas que clamaron a
Dios y Dios oyó su oración. Hay muchas promesas en la Biblia acerca del clamor.
Dios no escucha solamente las quejas, Él escucha el clamor.
Cuando oras con una emoción
profunda y dices: “Dios, ¡necesito tu ayuda!”
Ahora, dice que Daniel
estaba rogando, estaba clamando. ¿Qué estaba rogando Daniel? Él decía: “Dios
¡quiero regresar a casa! Ya estoy anciano. Tengo 85 años. He pasado toda mi
vida sirviendo a reyes paganos. He hecho bien, he mantenido mi integridad, en
un mundo pagano, no negué mi fe, recibí muchas promociones, tengo bastante
influencia aquí en el reino, pero Dios, quiero volver a casa, de verdad, Dios.
Quiero morir en mi país de origen.”
Jeremías, el otro profeta,
él predijo que luego de 70 años Babilonia caería y que entonces el pueblo del
Señor en Babilonia empezaría a orar y a clamarle a Dios que los dejara volver a
casa. Esto es lo que dice:
Jeremías 50:4-5ª (NTV) El pueblo de Israel volverá a su hogar junto
con el pueblo de Judá. Llegarán llorando (esta es una expresión emocional) en busca del Señor su Dios. Preguntarán por
el camino a Jerusalén (porque ya habían pasado 70 años, no saben cómo
regresar) y emprenderán el regreso a su
hogar.
Este es uno de los
versículos más conmovedores en la Biblia. Ellos no sabían cómo regresar a casa.
Pero le pedirán a Dios llorando y luego regresarán a su hogar.
Necesitamos hacer ese tipo
de oración.
Nos hemos desviado tanto de
donde iniciamos, necesitamos volver a casa.
Necesitas hacer esa oración.
Necesitas hacer esa oración
por tu propia vida: “Dios, me he alejado tanto de ti, he estado tan ocupado, he
estado tan distraído, que ¡no sé cómo regresar a ti! ¡No tengo la menor idea de
cómo regresar! No sé cómo regresar a mi hogar, pero quiero regresar.”
Necesitas hacer esa oración.
Algunos necesitan hacer esa
oración por su familia: “Dios, mi familia está tan alejada, y necesitamos
regresar a ti.”
Algunos padres necesitan
orar eso por sus hijos que se han alejado, necesitas orar que volverán a casa.
Algunos necesitan orarlo por
su negocio.
Todos necesitamos orar por nuestra nación.
Es un mensaje de esperanza.
Ahora, ¿cuándo responde Dios
esa clase de oración? Veamos el verso que dice que el pueblo llegará llorando
… Dios dice: Cuando mi pueblo llegue
llorando, entonces yo responderé.
Permítanme preguntarles
algo: Ustedes ven todo lo que yo veo. Ven las noticias, leen los periódicos.
Ven lo que está ocurriendo en nuestra nación. Lo que está ocurriendo en el
mundo. ¿Algo de eso te parte el corazón?
Lo que está ocurriendo en el
mundo … ¿hay algo de lo que está ocurriendo que te parte el corazón? ¿En
nuestro sistema, o en la política? Vemos todo lo que está ocurriendo alrededor
del mundo. ¿Hay algo de eso que te ocasione lágrimas? Si no es así, en verdad
te has alejado del corazón de Dios.
No estoy hablando de algo
que simplemente comentas, sino de algo que te parte el corazón, que te hace
llorar, y dices: “Dios, ¡necesitamos ayuda!”.
Aquí hay otra: La cuarta
clave es esta:
4. DEMUESTRO MI SERIEDAD
¿Cómo haces para que Dios
vea cuán importante es la oración para ti?
¿Cómo le demuestro a Dios:
estoy tomando esta situación muy en serio?
Entonces, cuando oran,
¿tienen una rutina, o cubren lo básico, o lo dicen en serio?
Hay algunas cosas que
podemos hacer para demostrarnos a nosotros mismos y a Dios que esta oración es
en serio.
Daniel nos muestra algunas
de ellas. En el siguiente verso veremos algunas cosas culturales que hacían en
esos días, pero una de ellas es una disciplina espiritual que encontramos a lo
largo de la Biblia que la gente hacía para demostrar la seriedad de su oración,
o de su compromiso con Dios. Veamos lo siguiente:
Daniel 9:3c (NVI) Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas.
Ahora, las últimas dos eran
costumbres culturales: me vestí de luto y
me senté sobre cenizas. A veces se vestían de luto en grupo y se ponían
cenizas en el rostro, como para decir: “Este es un asunto serio”. En nuestra
cultura, antes la gente solía vestirse de negro durante todo un año cuando
estaban de luto. Era una forma cultural de decir: “Estoy seriamente de luto”.
Así que esa es la parte cultural.
Pero también está la
disciplina espiritual: Además de orar,
ayuné. A lo largo de la Biblia encontramos a personas que ayunaron
diciendo: “Dios, estoy hablando en serio acerca de esto.” Moisés ayunó cuando
recibió los diez mandamientos. Los israelitas ayunaron cuando recibieron una
victoria milagrosa de Dios. Daniel ayunó cuando necesitaba sabiduría de Dios.
Nehemías ayunó antes de empezar un gran proyecto. Jesús ayunó como parte de la
victoria que Dios le dio sobre la tentación en el desierto. Los primeros
cristianos ayunaron cuando querían dirección de Dios acerca del rumbo de la
iglesia. Y lo encontramos a lo largo de la Biblia y es una forma de decir:
“Dios, estoy hablando en serio.”
Así que, esto es lo que
haremos: como parte de estos 34 días de búsqueda de Dios, vamos a iniciar con
un día de ayuno.
La razón principal, es
decir: “Dios, estamos hablando en serio. Estamos hablando en serio acerca de
este tiempo donde queremos buscarte y queremos que tu amor sea lo más
importante en nuestra vida. Señor, hablamos en serio.”
La Biblia dice que el ayuno
demuestra el nivel de deseo que tienes cuando oras. Es una forma de decir:
“Dios, quiero que veas esta emoción”.
El ayuno te da,
literalmente, más tiempo para orar: el tiempo en que preparas la comida,
preparas la mesa, y limpias, usa ese tiempo para enfocarte en Dios. A veces
estamos demasiado ocupados para orar. Así que, haz una pausa, un ayuno
intencional y di: “Dios, quiero enfocarme en ti.”
Y Jesús nos enseña que eso
desata el poder sobrenatural de Dios en nuestras vidas.
Yo no entiendo el misterio
de esto, pero dice que hay algunas cosas en nuestras vidas que solo a través
del ayuno y la oración pueden ocurrir. Hay algo acerca del depender de Dios de
esa manera.
Entonces, no importa si es a
través del ayuno o de cualquier otra forma que lo hagas, di: “Dios, yo estoy
hablando muy en serio.” Y es una parte de la oración que Dios responde.
Y luego la siguiente:
5. LE AGRADEZCO A DIOS POR SU
AMOR Y SUS PROMESAS
Dile: “Dios, estoy
agradecido por las promesas que me has dado”. Y eso te sirve como recordatorio
de que, la única razón por la que esta oración será contestada, es por la
gracia de Dios.
¡Él quiere responder tu
oración! Él nos ha dado promesas diciendo que Él responderá nuestra oración. No
estás forzándolo a hacerlo. Él es un Dios amoroso y lleno de gracia.
Daniel 9:4 (NTV) Oré al Señor mi Dios y le confesé: ‘¡Oh Señor, tú eres un Dios grande y
temible! Siempre cumples tu pacto y tus promesas de amor inagotable con los que
te aman y obedecen tus mandatos.’
Esta es la actitud de Acción
de Gracias que debemos tener todo el año: “Dios, estoy agradecido porque sé que
quieres responderme, porque me amas”.
No te acercas a Dios
diciendo: “Dios, espero que me respondas”, sino “Te agradezco porque me
responderás”.
No vienes a Dios diciéndole:
“Dios, sé que me responderás porque yo soy un buen hombre, una buena mujer.”
¿Quién ora eso? ¡No! “Yo sé que responderás porque tu eres bueno, Dios. Y te
agradezco por quien eres.”
Dependeremos de Dios en
todas las circunstancias.
Daniel 9:9 (NVI) Pero aun cuando nos hemos rebelado contra ti, tú, Señor nuestro, eres
un Dios compasivo y perdonador.
Así que te acercas a Dios
basado en eso y dependes de Él basado en esto.
Ahora, este es el último
paso:
6. HUMILDEMENTE CONFIESO MIS
PECADOS
Dios no escucha quejas
llenas de orgullo, pero sí escucha confesiones humildes.
Dios responde ante la humildad.
Él dice: Dios resiste al altivo, pero da gracia al
humilde.
Ahora, algunos de ustedes
piensan: “Si le admito mis pecados a Dios, Él va a castigarme.” No, espera un
momento. En primer lugar, Él ya lo sabe.
No vas a decirle: “Dios, hice esto”, y dirá: “¿En serio? ¿cómo es que no pude
verlo? ¿Cómo no lo vi venir?” Dios ya sabe todas las tonterías que has hecho en
tu vida, pero Él quiere que tú lo admitas para tu humildad.
¿Cómo responde Dios cuando
yo admito humildemente que cometí un error? ¿Con castigo? ¡Nunca!
Cuando Dios escucha tu
humildad, Él no responde con castigo, sino con bendición y con misericordia,
con perdón, con gracia. No es como que “lo admito” y entonces Dios me tirará al
suelo, no es así. ¡Tu orgullo es el que te tirará al suelo!
Dios dice: “Si vienes
humildemente a mí y admites que has cometido un error: ‘¿sabes? Lo que dije
ayer fue un error; la forma en que le hablé a mis hijos eso no estuvo bien; la
forma en que hice esto…´”.
Ríndele cuentas a Dios. Esto
es lo sexto que debes hacer: Confesar humildemente.
La palabra confesar, en la
Biblia, en griego, es la palabra homo-logueo. Homo significa lo mismo:
homosexual, homo sapiens, leche homogeneizada, significa que es lo mismo. Homo
significa “lo mismo” y logueo significa “hablar”.
Así que, confesar
simplemente significa “decir lo mismo que Dios”. “Tienes razón, yo pequé.”
No pongo excusas, no pongo
pretextos, no digo: “Dios, eso fue un pequeño resbalón. Fue una pequeña
debilidad.” ¡NO! “Fue pecado, fue rebelión en tu contra; yo lo hice, me dijiste
que no lo hiciera, pero lo hice igualmente.”
Y ante ese tipo de
situaciones Dios responde con gracia.
Daniel 9:5-6 (NTV) Hemos pecado y hecho lo malo (pero él no se detiene ahí, sino que
especifica, y tú debes hacer lo mismo; no debes decir: “Dios, perdona todos los
pecados que cometí ayer, pero estoy muy ocupado para nombrarlos”. Dios quiere
que seas específico, porque Él quiere que sepas que es lo que no tienes que
volver a hacer); hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes. No hemos prestado atención a tus
siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes y príncipes, a
nuestros antepasados y a todos los habitantes de la tierra.
Esto es algo muy específico.
Todos hemos fallado. No se trata solamente de una generación. En Estados Unidos
(y en cada país) todos tenemos algo de culpa.
Y luego dice: Daniel 9:7-8 (NVI) Somos motivo de vergüenza en este día ... por haberte sido infieles (Él
dice: “Sabes Dios, hemos cometido adulterio espiritual; le dimos nuestro amor a
alguien más, cuando teníamos que habértelo dado a ti). Señor, tanto nosotros como nuestros reyes y príncipes, y nuestros
antepasados, somos motivo de vergüenza por haber pecado contra ti.
Daniel 9:10 (DHH) No te hemos escuchado, Señor y Dios nuestro, ni hemos obedecido las
enseñanzas que nos diste por medio de tus siervos los profetas.
Daniel 9:13-14 (NVI) No nos hemos apartado de nuestros pecados ni hemos procurado entender
tu verdad… ¡A pesar de todo, no te hemos obedecido!
“Así que, Dios, no te
dejamos otra elección. A pesar de todo lo que ha sucedido, lo que hemos vivido,
no te hemos obedecido”.
¿Hay algo de esto que te
suene familiar? Estos son los trapos sucios de los Estados Unidos. Acabo de
leerles los últimos 50 años de los Estados Unidos.
Ahora, Daniel sabe que no
merecemos la bendición de Dios, pero se deja caer en la gracia de Dios, y dice:
“Dios, nunca podremos ganarlo; no lo merecemos; no merecemos regresar a casa,
regresar a ti, no merecemos tu bendición. Pero voy a dejarme caer en tu
gracia.”
Daniel 9:18 (NTV) Oh Dios mío, inclínate y escúchame... Esto rogamos, no porque
merezcamos tu ayuda, sino debido a tu misericordia.
“Tú eres un Dios bueno, eres
un Padre bueno. Y eres misericordioso.”
¿Cómo responde Dios a esta
clase de oración?
B. LA RESPUESTA DE DIOS A DANIEL
Esta es la respuesta de
Dios:
Daniel no hizo esta oración
una sola vez; él hizo esta oración una y otra y otra vez; Dios, ¡necesito tu
ayuda! Oró una y otra vez. Y es por eso que vamos a buscar el rostro de Dios
durante 34 días. ¿Vale la pena invertir 34 días en tu futuro? ¡Sí! ¿Vale la
pena tener una conversación con Dios por tu futuro tres veces al día durante 34
días? ¡Claro!
Dice que Daniel estaba
orando. ¿Sabes? Si oras solo una vez por algo es porque no te interesa. Dice:
Daniel 9:20-23 (PDT)
Yo estaba orando y confesando mis
pecados y los del pueblo de Israel. Estaba pidiendo al SEÑOR mi Dios que
ayudara a su monte santo. Mientras yo oraba, se acercó a mí el mismo Gabriel
que se me apareció una vez en sueños.
¿Saben quién es Gabriel? Hay
tres arcángeles: Lucifer, quien pecó y se convirtió en Satanás, está Miguel y
está Gabriel, el arcángel que se presentó en Navidad. De hecho, incluso
conocemos sus nombres, y esto es algo muy importante, que Dios haya enviado al
ángel Gabriel en una visión a Daniel.
Vino volando en el momento de la ofrenda de la tarde. Gabriel me ayudó a
entender lo que no comprendía y me dijo: “Daniel, he venido acá para enseñarte
y ayudarte a entender. Cuando comenzaste tu oración, Dios te contestó. He
venido a decirte que Dios te ama”.
Ahora, Dios no necesita
enviarme a Gabriel, y Dios no necesita enviarte a Gabriel a ti, porque tenemos
la segunda mitad de la Biblia, que nos dice todo acerca de Jesús.
Así que yo puedo decirte qué
es lo que Dios tiene que decirte: “Yo te amo mucho, mucho, mucho, mucho. Tengo
sentimientos muy profundos para ti”, dice el Señor, “Te vi nacer, te vi crecer,
vi todas tus heridas; vi todos los tiempos felices y los tiempos tristes en tu
vida; pero tengo un plan para tu vida, y tengo un horario para tu vida. Y
cuando empezaste a orar, yo te escuché. Y quiero ayudarte a entender mi plan
para tu vida. Porque te amo mucho, mucho, mucho.”
Me dirás: “Espera un
momento, Rick. Aquí está Dios hablándole a Daniel. Yo no soy Daniel.” No, no lo
eres. Ni yo tampoco. Pero sé que esta oración funcionará para ti. Y la razón
por la que sé que funcionará es porque exactamente la misma fórmula Dios la
promete en otra parte de la Biblia a todo el mundo. Es para todo el pueblo de
Dios. Se trata de 2° Crónicas 7:14, una de las promesas más famosas en toda la
Biblia.
Ahora, antes de leer esta
promesa, quiero que sepas que este es
uno de los versículos más mal interpretados de toda la Biblia.
De hecho, he escuchado
políticos usar este verso como una promesa a los Estados Unidos. No es una
promesa para los Estados Unidos. No es una promesa para ninguna Nación. ES UNA
PROMESA PARA EL PUEBLO DE DIOS.
Y el Pueblo de Dios está en todas las naciones.
Así que esta no es una
promesa para los Estados Unidos, sino una
promesa para ti y para mí, y para creyentes en cualquier otro país del mundo.
ES PARA NOSOTROS. No es para cualquiera.
C. LA PROMESA DE DIOS A SU PUEBLO
Dios tiene 4 condiciones, y
si cumplen estas 4 cosas, yo les prometo 3 cosas.
Si mi pueblo, que lleva mi nombre,
Dime, ¿llevas su nombre? ¿Te
llamas cristiano? Eso es llevar el nombre de Cristo. Así que, si eres
cristiano, si te haces llamar cristiano, si
mi pueblo que lleva mi nombre, y estas son las 4 cosas:
SE HUMILLA (eso es confesar)
y ORA (esto es suplica),
y me BUSCA (haremos esto durante 34
días)
y ABANDONA su mala conducta,
yo los ESCUCHARÉ desde el cielo,
PERDONARÉ su pecado
y RESTAURARÉ su tierra.”
Todos los elementos de la oración de
Daniel están en esta promesa.
Y durante 34 días vamos a reclamar esta
promesa.
¿Alguien aquí está conmigo?
Dios dice: “¿Dónde necesitas sanidad?”
¿Sanidad mental?
¿Sanidad en tu corazón?
¿Sanidad física?
¿Sanidad en tus negocios?
¿Sanidad en tus finanzas?
¿Sanidad en tus relaciones?
¿Sanidad de tus miedos?
¿Tu negocio necesita sanidad?
¿Tu familia necesita sanidad?
¿Tu matrimonio necesita sanidad?
¡Nuestra nación necesita sanidad!
Si
mi pueblo…
…
que lleva mi nombre…
Dios dice:
…
si se humillan (“Señor, cometí un error”)
… y
oran (“Señor, te lo suplico; no te busqué y tome malas decisiones, y ahora
estoy pagando por ello”)
… y
me buscan (“Dios, tienes mi atención, vuelvo mi rostro a ti”)
… y abandonan su mala conducta,
Entonces
Yo los escucharé desde el Cielo,
Yo perdonaré su pecado,
y Yo restauraré su tierra.
PUNTO FINAL. Eso es
todo.
¡Necesitamos un
avivamiento!
Esta oración, la
oración de Daniel, podemos hacerla para pedir un avivamiento espiritual en
cualquier nación.
Entonces, vamos a
orar:
Querido Dios, te
agradezco porque eres un Dios bueno y lleno de gracia. Y mientras nos
preparamos juntos, como tu familia, para reclamar la promesa en 2ª de Crónicas
7:14, y mientras nos preparamos para, dentro de unos cuantos días, buscar tu
rostro durante 34 días para crear el hábito de conversar contigo y leer tu
palabra todos los días.
Tú prometiste que,
si nos mantenemos conectados a Ti, y que, si tenemos Tu palabra en nuestros
corazones, podemos pedir lo que queremos, y será hecho.
Te agradezco por las
personas que están aquí, ellos te aman y son buenas personas y quieren hacer lo
correcto. Si no estuvieran interesados en hacerlo se hubieran podido quedar en
casa viendo televisión, pero están aquí, y su corazón está en la dirección correcta.
Así que te pido, de
parte de cada uno de ellos, que escuches sus oraciones, en el nombre de Jesús.
ES TU TURNO DE ORAR,
DI:
Dios, quiero aprender a buscarte.
Quiero ser parte de los 34 días de búsqueda de Dios.
Quiero crear el hábito de nunca irme a dormir sin
antes leer la Biblia y orar por al menos un minuto, antes de poner mi cabeza
sobre la almohada, y tener al menos una conversación contigo.
Ayúdame a ver que tu plan para mi vida involucra Tu
tiempo y mi oración, y que muchas veces no tengo porque no pido.
Enséñame a enfocar mi atención en Ti. Dios, es muy
fácil ser distraído en este mundo. Quiero voltear mi rostro hacia ti.
Y Señor, enséñame a hablarte con emoción, a ser
auténtico, a ser real y no ser falso. Ayúdame a entender que mi tono y mi
corazón son más importantes que las palabras. Gracias porque mi oración no debe
ser maravillosa, ni elocuente. Simplemente tiene que ser real, y honesta.
Señor, conmueve mi corazón por las cosas que te
conmueven a ti. Enséñame a derramar mi corazón ante ti. Y aún si llegan las lágrimas, que así sea.
Dios, me he alejado, y no estoy tan cerca de ti como
lo estuve en el pasado. Quiero dirigirme nuevamente a mi hogar.
Ayúdame a demostrar mi seriedad, incluso a estar
dispuesto a no probar alimento, para demostrar como un símbolo, que estoy
hablando en serio de aquello por lo que estoy orando.
Dios, gracias por amarme. Gracias por tus promesas.
Gracias porque eres fiel aun cuando yo he sido infiel. Eres consistente cuando
yo he sido inconsistente.
Gracias porque cuando me humillo delante de ti y
admito lo que he hecho mal, y admito mi rebelión, tu no me castigas, sino que
me perdonas y me envuelves con tu abrazo.
Dios, te pedimos que operes en nuestras vidas.
SI NUNCA ANTES HAS
INVITADO A CRISTO A TU VIDA DI:
Jesucristo, te invito a mi vida en este momento, te
pido que te hagas real en mi vida. Quiero aprender a confiar en ti y quiero que
seas el administrador, amado Jesucristo, el administrador de mi vida. Y oro
esto humildemente, en Tu nombre. Amén.
NOTA: Aunque
en la predicación se proponen 34 días, para efectos prácticos estableceremos 31
días.
SI QUIERES UNIRTE A LOS 31 DÍAS DE ORACIÓN QUE
INICIARÁN EL MARTES 1° DE AGOSTO DEL 2017, POR FAVOR:
1.Haz una oración ahora mismo y dile a Dios con tus propias palabras que quieres
apartar 5 minutos 3 veces al día para orar, para que la oración se haga un
hábito indispensable en tu vida diaria.
2.
Envía un email (correo
electrónico) a: mipactoconjesucristo@gmail.com escribiendo en el ASUNTO: QUIERO PARTICIPAR y en el CUERPO del
mensaje Tu Nombre y La Ciudad y País donde vives.
De ese modo yo te
agregaré a la lista de las personas a las que les enviaré el material de apoyo
para ayudarte a orar 3 veces al día durante 31 días a partir del 1° de Agosto.
Te enviaré por
email:
·
La Guía de Apoyo para los 31 días de oración, que contiene:
o La Meta de los 31 Días
o El Propósito
o El Método
o ¿Qué incluir en cada tiempo?
o El Plan de Acción
o Ejemplos prácticos
o Un Calendario para que registres tu avance diario y
puedas seguir hasta finalizar el 2017.
·
Una Meditación Bíblica diaria para reforzar tu compromiso con Dios.
Si conoces otras
personas que te gustaría se unieran a estos 31 días, simplemente reenvíales
este mismo mensaje de junto con el audio.
NOTAS IMPORTANTES:
·
¡Hazlo ahora mismo! ¡No lo pospongas para después!
·
Si no tienes email (correo electrónico), envía un mensaje de Whatsapp al +52 1 55
2323-7298 con tu nombre y lugar de procedencia, para hacerte llegar la Guía de
Apoyo por ese medio.
·
Si no tienes Whatsapp y quieres participar, envía un mensaje de Texto al
+52 1 55 2323-7298 con tu nombre y lugar de procedencia para informarte cómo
puedes obtener la Guía de Apoyo en un Café Internet.
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